Los dos hombres ahora más parecidos a esqueletos vivientes, y de hecho no muy diferentes en su aspecto a los muertos que deambulaban por la calle, dieron unos pasos fuera de lo que había sido su impenetrable refugio durante tanto tiempo. La imagen era bastante bizarra, ellos sabían que la cantidad de cuerpos que circulaban había bajado drásticamente por lo que escuchaban y alcanzaban a observar desde dentro, pero lo que ahora veían se asemejaba más bien a una película donde todos hubiesen desaparecido; se sentía la soledad, solo había algunos cuerpos tirados sobre el pavimento, pero no se movían, a lo lejos pudieron enfocar un solitario caminante que torpemente avanzaba alejándose de donde estaban.
- Esteban ¿Qué crees que haya pasado?
- La verdad ni idea, yo esperaba tener que salir lanzando golpes y gritando como pasa en las películas.
- Si. Entonces hay que seguir con el plan ¿no crees?, digo igual hay que ir con cuidado por lo que sabemos pueden estar cerca.
- De acuerdo sigamos el camino hacia el almacén, solo hay que ir lo más alerta posible.
- La verdad ni idea, yo esperaba tener que salir lanzando golpes y gritando como pasa en las películas.
- Si. Entonces hay que seguir con el plan ¿no crees?, digo igual hay que ir con cuidado por lo que sabemos pueden estar cerca.
- De acuerdo sigamos el camino hacia el almacén, solo hay que ir lo más alerta posible.
Los dos hombres comenzaron su andanza hacia el almacén, en su camino había bastantes cuerpos tirados, mutilados, por cada banqueta se veían entrañas, partes de cuerpos y muchísima sangre seca regada, las calles estaban en su mayoría pintadas de ese color marrón rojizo característico que usualmente vemos cuando ha pasado algún accidente; pero lo peor de todo era el olor, el aire libre apestaba más que estar dentro de un matadero o algún tiradero de animales que para aumentar su pestilencia estuviese recibiendo los rayos solares constantemente.
Al poco tiempo de ir caminando Esteban se detuvo de improvisto y deteniendo a Luis poniendo unos de sus brazos frente a su pecho, hizo una seña indicando que escuchara con atención; Luis no había percibido nada pero lo mejor era ser cauteloso y hacer caso a cualquier señal de peligro.
- ¿Que escuchas?- le dijo en voz baja Luis a su compañero.
- ¿No lo oyes?, es como cuando tu perro esta royendo un hueso, como si ya no tuviese carne y aún así continúa tratando de sacar provecho hasta el último momento de su comida.
- Sabes, lo que pasa es que nunca he sido muy adepto de las mascotas.
- Ni yo, pero tuve una ex novia que tenía un gran danés, ¡ah, cómo odiaba a ese animal! y el me odiaba a mi también.
- ¿Cómo puedes saber que el te odiaba también?
- Los animales son como personas, ella vivía sola así que el perro actuaba como su padre, cada que llegaba él se ponía muy nervioso y algo agresivo, y al tiempo de estar ahí o cuando nos poníamos algo cariñosos, o ladraba o se interponía a la fuerza entre nosotros. En serio te lo digo, el animal me mantenía al margen con ella. En fin la cosa es que varias veces cuando estábamos cenando, ella le lanzaba algún hueso con un poco de carne y el perro lo mordía hasta que lo desapareciera completamente y ese es precisamente el sonido que oigo.
- Vaya, no te puedo decir que es algo raro, pero no me imagino, o no creo poder asimilarlo porque no me ha sucedido algo así.
- Andemos con cuidado, estoy seguro que se oye algo así y cerca.
- Muy bien.
- ¿No lo oyes?, es como cuando tu perro esta royendo un hueso, como si ya no tuviese carne y aún así continúa tratando de sacar provecho hasta el último momento de su comida.
- Sabes, lo que pasa es que nunca he sido muy adepto de las mascotas.
- Ni yo, pero tuve una ex novia que tenía un gran danés, ¡ah, cómo odiaba a ese animal! y el me odiaba a mi también.
- ¿Cómo puedes saber que el te odiaba también?
- Los animales son como personas, ella vivía sola así que el perro actuaba como su padre, cada que llegaba él se ponía muy nervioso y algo agresivo, y al tiempo de estar ahí o cuando nos poníamos algo cariñosos, o ladraba o se interponía a la fuerza entre nosotros. En serio te lo digo, el animal me mantenía al margen con ella. En fin la cosa es que varias veces cuando estábamos cenando, ella le lanzaba algún hueso con un poco de carne y el perro lo mordía hasta que lo desapareciera completamente y ese es precisamente el sonido que oigo.
- Vaya, no te puedo decir que es algo raro, pero no me imagino, o no creo poder asimilarlo porque no me ha sucedido algo así.
- Andemos con cuidado, estoy seguro que se oye algo así y cerca.
- Muy bien.
Continuaron caminando hasta un punto donde la sangre seca se comenzaba a ver en pequeños charcos que aumentaban su diámetro con cada poco que avanzaban, también era más notorio el sonido que había descrito Esteban como de algún animal alimentándose de algo que no cedía en partirse. Al llegar a la esquina de la cuadra que topaba en la intersección, la cual debían tomar hacia el sur para llegar a la carretera sobre la que encontrarían el almacén, pudieron ver dos figuras que sobresalían detrás de un grueso árbol; una de ellas describía a un perro de gran tamaño a juzgar por el tamaño de la parte trasera de su cuerpo y lo otro aparentaba ser la pierna de alguien bastante pesado.
Ambos se miraron mostrando su preocupación, pero sabían que no había otro camino que seguir y que regresar era arriesgarse de igual manera que el seguir por este camino. Se acercaron cautelosamente y tomando sus armas caseras, cuando llegaron a un lado de ambas siluetas pudieron distinguir perfectamente lo que eran, y que en efecto comprobaron que sus predicciones eran correctas; un perro al parecer de hogar, con su collar y su placa colgada al pescuezo, demacrado en demasía y con claras señas de haber sido maltratado y mutilado brutalmente masticaba desesperadamente la pierna sin cuerpo y notablemente recién amputada del cuerpo al que pertenecía. El animal al percatarse de que se le estaban acercando volteó lentamente y los miró fijo a la cara, pudieron notar la mirada de tristeza y desesperación, casi era como si el perro supiera que había hecho algo malo, pero que al mismo tiempo les dijera que lo hizo por sobrevivir, fue solo un instante, pero fue lo suficiente para que los dos bajaran la guardia, en ese momento y de la nada el pesado canino empezó a gruñir y de un ágil salto se abalanzó sobre Luis, el trataba de quitarlo de encima picándolo con el puntiagudo palo que tenía en la mano pero el animal no cedía, fue entonces que pudo ver mas de cerca los ojos del perro y notó esa furia y deseo por sangre que denotaban los arrastra pies que deambulaban por la calle en estos días.
La lucha y los gritos de Luis se entremezclaban con los gruñidos y los ataques del feroz animal, Esteban dudaba de como ayudar a su amigo era muy peligroso atacar porque entre tanto movimiento podía lastimar a su amigo, al final decidió que lo mejor era patear lo más fuerte posible al animal en el vientre tratando de alejarlo y así poder defenderse mejor; así lo hizo y afortunadamente fue efectivo, al ya estar lejos de su compañero, tomó la espada y haciendo unos movimientos de película cortó la cabeza, que aún en el suelo seguía tratando de atacar, ayudó a Luis a ponerse en pie y ambos se acercaron al animal y le ayudaron a que dejara de sufrir.
- Eso fue horrible- dijo Luis
- No sabes cuanto, creo que desquité todo lo que traía contra la mascota de mi ex.- contestó Esteban con un aire de gracia.
- Bueno, lo que tu digas, pero sabes yo creo que lo que hicimos no está nada bien, pero era él o yo, y pues creo que a final de cuentas el animal ya se había marchado, por lo visto hace tiempo.
- Confieso que tampoco es de mi agrado maltratar un animal, pero eso ya no estaba vivo, así que…
- Bien, pues descansemos para seguirle ¿no?.
- Bien.
- No sabes cuanto, creo que desquité todo lo que traía contra la mascota de mi ex.- contestó Esteban con un aire de gracia.
- Bueno, lo que tu digas, pero sabes yo creo que lo que hicimos no está nada bien, pero era él o yo, y pues creo que a final de cuentas el animal ya se había marchado, por lo visto hace tiempo.
- Confieso que tampoco es de mi agrado maltratar un animal, pero eso ya no estaba vivo, así que…
- Bien, pues descansemos para seguirle ¿no?.
- Bien.
Antes de que ambos continuaran su camino se fijaron morbosamente a donde estaba la extremidad que masticaba el animal, y pudieron ver lo que producía el sonido que antes habían escuchado, la pierna tenía una prótesis metálica que unía un fémur visiblemente quebrado en varias partes hace tiempo y que estaba pegado por unas placas de platino que brillaba entre las carnes desgarradas. En fin, después de ver la imagen completa de lo que habían pasado, continuaron con la sapiencia de que eso no sería lo peor que encontrarían en su andanza.
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